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MEDIOAMBIENTE | INVESTIGACIÓN

Alerta roja por contaminación en el cinturón alemán del cerdo

Baja Sajonia es el hogar de más de 7 millones de cerdos y sus purines. Las vías fluviales se han contaminado y las autoridades dicen que tomará tiempo reparar el daño.

Baja Sajonia es el hogar de más de 7 millones de cerdos y sus purines. Las vías fluviales se han contaminado y las autoridades dicen que tomará tiempo reparar el daño.

HOLLY YOUNG
24 DE JULIO DE 2022
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Estanque de Ahlhorner donde hay niveles muy altos de nitratos | Premium Stock Photography/Alamy

Hay un conocido dicho, poco del agrado de la población local, que dice que si circulas por Alemania con las ventanillas bajadas sabes perfectamente por el olor cuándo atraviesas la Baja Sajonia. Has llegado al corazón de una industria del cerdo de 6.000 millones de euros que envía miles de toneladas de carne alrededor del mundo. Eso tiene un coste. Mapas del llamado cinturón del cerdo dibujan en la región un círculo rojo de emisiones de amoníaco procedentes de las granjas y de nitratos en las aguas subterráneas.

Quienes se oponen a este modelo de ganadería intensiva concentrada afirman que las autoridades de la región han permitido a la industria porcina florecer mirando hacia otro lado ante el impacto medioambiental.

Mientras el bienestar animal sí ha conseguido saltar a la agenda pública, afirman activistas, los puntos de muy alta concentración de ganadería intensiva y la contaminación de las aguas subterráneas no está entre las preocupaciones de la mayoría de los alemanes.

Zona de alta concentración de cerdos

La alta densidad de ganado porcino en la Baja Sajonia está en el corazón del problema, explica Christine Chemnitz, directora del thinktank agrícola Agora Agriculture.

Los purines generados por los animales son una fuente de fertilizante agrícola pero su uso en exceso puede filtrar nitratos a las aguas subterráneas y, dada su conexión con las aguas superficiales, dañar ríos, lagos y océanos.

En la Baja Sajonia se concentran las explotaciones porcinas industriales de mayor tamaño de Alemania
En la Baja Sajonia se concentran las explotaciones porcinas industriales de mayor tamaño de Alemania | Fuente: Agencia Europea de Medioambiente

Casi el 60% de la cabaña porcina de Alemania se encuentran en la Baja Sajonia y en la vecina Renania del Norte-Westfalia. En algunas zonas de la Baja Sajonia -que alberga a 7 millones de cerdos- la densidad de animales multiplica por cuatro la media nacional.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la ganadería se convirtió en una de las pocas industrias que permitían obtener ingresos en un territorio al que se conoce como “la zona pobre” de Alemania. Disponía de amplias extensiones de terreno sobre las que extender el purín y contaba con fácil acceso a los puertos del norte, como Hamburgo, para importar los piensos y otros productos necesarios.

Toma muestras de agua para realizar mediciones de nitrato y fosfato en el lago Bad Zwischenahn
Mediciones de nitrato y fosfato en el lago Bad Zwischenahn | Fuente: Daniel Müller / Greenpeace

El crecimiento del fenómeno en la zona ha terminado provocando que los purines extendidos sobre tierras agrícolas como fertilizante contribuyan a la contaminación de las vías fluviales locales, asegura Uwe Behrens, activista mediambiental de la Alianza por la Gente, el Medio Ambiente y los Animales (Bündnis MUT).

Behrens culpa de la contaminación al estado crítico de los estanques de peces de Ahlhorner en la Baja Sajonia, un área protegida de 465 hectáreas en uno de cuyos estanques, alimentado por un río que fluye a través de densas tierras agrícolas, se ha identificado un exceso de 133 toneladas de nitratos. “Hay demasiado fertilizante en el agua”, dice.

Fuentes de la oficina forestal de Ahlhorn describen el estanque como un “gigantesco colector de aguas residuales” cuya degradación ambiental incumple ya las leyes comunitarias de conservación.

Granjas cada vez más grandes

El volumen de nitratos es la principal preocupación desde el punto de vista medioambiental en la Baja Sajonia. El estado cuenta con la mayor proporción de “zonas rojas” de Alemania, aquellas en las que los niveles de nitratos en los puntos de medición superan el límite establecido por la directiva europea (50 miligramos por litro).

Los estados de la Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia han sido demandados por activistas de la Deutsche Umwelthilfe por su inacción ante este problema. Aseguran que dos tercios de las aguas subterráneas de la región en torno al río Ems han sido abandonadas en un “estado desolador”.

Reinhild Benning, portavoz de Deutsche Umwelthilfe y ex granjera de porcino, asegura que los puntos de alta concentración de producción de cerdos y contaminación de aguas como la Baja Sajonia -donde los niveles pueden triplicar y cuadruplicar los niveles de nitratos fijados por la Unión Europea- han surgido allí donde los políticos han preferido mirar a otro lado si las cosas no iban bien.

En su opinión, el Gobierno ha estado demasiado dispuesto a favorecer la expansión de las granjas de cerdos. El número de animales en la región y el tamaño de las granjas se incrementó rápidamente entre 2004 y 2012, mientras en el mismo periodo las exportaciones de cerdo alemanas más que se duplicaban.

En 2018, Alemania fue condenada por haber quebrantado la normativa comunitaria sobre nitratos por la Corte de Justicia Europea. A pesar de ello, más de un 25% de los puntos de medición en Baja Sajonia siguen excediendo los niveles autorizados. Los nitratos, una vez contaminan el agua, tardan muchos años en ser eliminados y para ello son necesarios planes radicales de reversión de las fuentes contaminantes.

“Se relajaron las leyes medioambientales y se ha permitido la construcción de nuevas granjas en áreas que ya estaban contaminadas por nitratos”, comenta Benning, que añade que las granjas ya no disponen de tierra suficiente para esparcir el purín de forma segura. “En la Baja Sajonia hemos visto cómo granjas con plazas para 500 cerdos se ampliaban para albergar a 5.000 y después a 10.000”.

Demasiados animales

La Unión Alemana de Ganaderos (Deutscher Bauernverband) asegura que las normas nacionales se han endurecido considerablemente y que las descargas de nitratos por encima de los límites han parado este año en la Baja Sajonia.

Cerdos en granjas industriales en Alemania
Cerdos en granjas industriales en Alemania. | Fuente: Greenpeace

Fuentes del Gobierno de la Baja Sajonia aseguran que los problemas ocasionados por la extensión de la ganadería intensiva a principios de siglo han sido abordados demasiado tarde. “Nos hemos convertido en una taller de reparación de las decisiones del pasado”, comenta Olaf Lies, consejero de Medio Ambiente de la Baja Sajonia. “En tiempos de generalización del libre mercado, confiamos en el sentido de la responsabilidad de las empresas y se relajaron los controles. Ahora tenemos la responsabilidad de revertir los excesos hasta un nivel al menos aceptable”.

En 2021, Alemania introdujo una estricta normativa de gestión de los purines como transposición a las normas aprobadas por Europa en junio. No son pocas las voces que cuestionan que esto vaya a ser suficiente para rectificar el legado de contaminación detrás del éxito de la industria porcina alemana. La Asociación Alemana de las Industrias de Energía y Agua (BDEW) considera que las nuevas normas no van a lograr rebajar los niveles de nitratos por debajo de los límites comunitarios y ha criticado que el Gobierno proponga fórmulas que pretenden “reducir artificialmente” las zonas rojas de la contaminación.

Lies admite que la regeneración del suelo y el agua no será algo inmediato. “Vamos a sentir las consecuencias de las decisiones del pasado y los fallos en los sistemas de control durante mucho tiempo, hasta que el efecto de las medidas actuales tengo impacto”.

Behrens por su parte añade que los alemanes no son conscientes aún del impacto medioambiental de la industria del porcino cuando compran carne de cerdo en el lineal del supermercado: “Muchos consumidores no saben la cantidad de animales que se ha concentrado en un espacio tan reducido del territorio”.

“El bienestar animal está actualmente en la mente de la ciudadanía pero eso no ha ocurrido con la sobrefertilización, la calidad del agua de consumo humano o la perdida de diversidad”.