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EN DEUDA CON GALLARDÓN

ANA TUDELA Y ANTONIO DELGADO

24/05/2019

Alberto Ruiz-Gallardón fue investido alcalde de Madrid el 14 de junio de 2003. Año y medio después, el Ayuntamiento firmaba un crédito de 300 millones de euros de los que no había que devolver uno solo en diez años, es decir, en 2014. Tres meses después, marzo de 2005, repetía la jugada. Madrid se endeudaba en otros 200 millones que se devolverían en un pago único una década más tarde, en 2015. Ese mismo día, se firmaba un tercer crédito de amortización en un solo pago por otros 200 millones. De este no había que devolver un euro hasta quince años después, en 2020.

Hubo otros muchos. Decenas de préstamos pedidos a grupos sindicados de bancos, al ICO, al Banco Europeo de Inversiones en poco más de una legislatura y con un patrón similar: dejar los pagos más voluminosos para el final. Incluso, como en los ejemplos citados, endeudar Madrid con préstamos bullet, que pagan intereses durante años y se amortizan en un solo pago al final de la vida del crédito, una práctica financiera considerada de alto riesgo. Los créditos de Gallardón se quedaron cuando el exalcalde se fue. La última cuota que dejó a deber tiene el pago previsto en 2030.

Todos estos años, en los que Madrid ha ido pagando amortizaciones e intereses por esa deuda, han dado tiempo suficiente para que Gallardón fuese elegido alcalde dos veces más, soterrase la M30, intentase tres veces que Madrid fuese sede de los juegos olímpicos, se desatase una crisis económica mundial que reventó del peor modo la burbuja inmobiliaria y de crédito de España, el propio Gallardón fuese nombrado ministro de Justicia y tuviese que dejarlo al no poder sacar adelante su polémica ley del aborto, una candidatura de izquierdas se hiciera con el Gobierno de la ciudad de Madrid y estén a punto de celebrarse nuevas elecciones.

En 2030 está previsto que se abone el último pago del préstamo más conocido, que en realidad son dos, los que sirvieron para pagar el soterramiento de la M30. Un crédito récord de 2.500 millones de euros. Aunque contribuyó de forma muy significativa, fueron otros muchos los que sumaron para que Madrid llegase a tener más deuda que las otras cinco capitales de provincia de más de 500.000 habitantes juntas.

EVOLUCIÓN DE LA DEUDA DE MADRID
Fuente: Ayuntamiento de Madrid

Las patadas adelante del equipo de Gallardón lanzaron al futuro una cascada de pagos de los que las cuotas mayores se dejaban sistemáticamente para los últimos años de vida de la deuda, cuotas que empezaron a caer como metralla contra el presupuesto en lo peor de la crisis.

Madrid ha amortizado 5.700 millones de euros de deuda en forma de préstamos entre 2008 y 2018, ambos incluidos. Esto es solo teniendo en cuenta los préstamos una vez asumidos por el Ayuntamiento y no mientras estaban en los balances de las empresas de propiedad municipal. De esos préstamos se han abonado en el mismo periodo 896,4 millones de euros en intereses.

A la deuda se sumaron 1.350 millones de euros en facturas que no habían sido pagadas a los proveedores del Ayuntamiento en los años de bonanza y para las que hubo que pedir de nuevo préstamos, esta vez al Estado, en 2013, que fueron después sustituidos por préstamos de la banca.

M30 Y LAS DEUDAS QUE SÍ ERAN DE MADRID

Gallardón, de forma calcada a como había hecho en la Comunidad de Madrid con Mintra, la empresa del Metro, creó empresas públicas o mixtas (de capital público y privado) cuya deuda aseguró durante años que no sumaba a la del Ayuntamiento, aunque fuesen los mismos impuestos los que respondían por ella. Esto le permitió saltarse todos los límites de endeudamiento establecidos por Europa, quien advirtió ya en 2005 al Ayuntamiento de Madrid que no estaba haciendo las cuentas correctamente.

En concreto, la advertencia vino de nuevo por el mayor crédito de la capital, los 2.500 millones solicitados para el soterramiento de la M30 y asumidos por la empresa mixta Madrid Calle 30. La sentencia definitiva no llegó hasta 2011, cuando el Ayuntamiento tuvo que asumir el crédito, con penalización incluida por parte de la banca, y teniendo pendientes aún de amortizar 2.226 millones.

Antes de ser nombrado ministro, Gallardón se encargó de modificar las condiciones de Madrid Calle 30 para que, pese a que la empresa mixta ya no asumía los riesgos de crédito, como se justificó en su creación, los socios privados siguieran obteniendo el mismo beneficio en forma de dividendo.

No fueron las únicas deudas que asumió directamente el Ayuntamiento. También se asumieron en 2013 los diecisiete créditos de Madridec, la empresa encargada entre otras cosas de las obras del Madrid que quiso tres veces ser olímpico. La deuda pendiente era aún de 266 millones cuando pasó a titularidad del Consistorio. Actualmente quedan 34,4 millones pendientes.

Y se asumieron también 234 millones de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo.

AMORTIZACIONES ANTICIPADAS

Una de las consecuencias de la crisis para las administraciones públicas que llegaron a ella más endeudadas, entre las que Madrid ocupaba un lugar de honor, fue que la Ley de Estabilidad Presupuestaria de 2013 les limitó el crecimiento del gasto anual al tiempo que obligaba a destinar el superávit obtenido a amortizar deuda de forma anticipada.

SUPERÁVIT DE MADRID
Fuente: Ayuntamiento de Madrid. En millones de euros

El recorte del gasto se impuso desde ese año en la capital, que empezó a pagar préstamos de forma anticipada ya en tiempos de Botella. Durante la legislatura que ahora termina, tras llegar al Ayuntamiento el Gobierno de Ahora Madrid, el Ayuntamiento mantuvo un duro pulso con el Ministerio de Hacienda mientras Montoro estuvo al frente. El Ejecutivo estatal del PP fue inflexible con la ciudad, mientras se mostraba mucho más laxo con otras capitales como Jaén, a pesar de que los pagos se hacían en tiempo y forma e incluso de forma anticipada gracias a un superávit anual que ha rondado los 1.000 millones de euros.

Entre las amortizaciones anticipadas principales está el de buena parte de los pagos pendientes de uno de los dos préstamos de la deuda de Madrid Calle 30. En concreto, de esta deuda se han anticipado 595 millones de euros entre 2015 y 2018, ambos incluidos. Quedan sin embargo cuotas por pagar hasta 2030 de las que, de nuevo, las más altas se dejaron para los últimos años de vida del crédito.

Y ADEMÁS… TÍTULOS, SWAPS Y PENALIZACIONES

Aunque la mayor parte de la deuda de Madrid está contraída en forma de préstamos, frente a otras regiones cuya deuda al llegar la crisis era mayoritariamente en forma de emisiones de títulos, la capital también emitió deuda pública. Los intereses abonados entre 2008 y 2018 por esa deuda ascienden a 494,3 millones.

A todo ello habría que sumarle además 484,6 millones que Madrid ha pagado debido a los contratos financieros que firmó en las puertas de la crisis para convertir en fijos los tipos de interés que tenía firmados como variables. La jugada salió fatal porque los tipos no hicieron sino bajar, situándose durante mucho tiempo en terreno negativo y siendo finalmente Madrid quien ha tenido que pagar a la banca en lugar de al revés. Estos instrumentos son los polémicos swaps.

Finalmente habría que añadir que pese a que Madrid estaba obligada por ley a pagar deuda de forma anticipada, eso no ha impedido que la banca le cobre comisiones por ese pago anticipado de deuda.

NOTA METODOLÓGICA

Los datos del calendario de amortizaciones pasado y futuro de los préstamos del Ayuntamiento de Madrid ha sido obtenido del portal de Datos Abiertos del Consistorio. Para hacer comprensible la información de las decenas de créditos contraídos desde 2004, los que estaban destinados al mismo fin han sido agrupados, como es el caso de los préstamos de Madridec, la EMVS o los del Fondo de Financiación de Pago a Proveedores. Los intereses anuales están agrupados y han sido obtenidos gracias a una petición de información pública para los que corresponden al periodo 2004 a 2017 y del Ayuntamiento de Madrid para los referidos a 2018.

Los intereses referidos tanto a las emisiones de deuda pública como a los instrumentos financieros denominados swaps han sido igualmente obtenidos a través una petición de información pública y del Ayuntamiento de Madrid.